Cita

"Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados sin tratar de abrirlos jamás."

lunes, 10 de febrero de 2020

INTRODUCCIÓN

ACLARACIÓN 

Este blog está creado con la intención de presentar un trabajo para la asignatura de TIC II del instituto IES Góngora. Dedico el tema del trabajo a Renato Descartes, con la idea de ampliar mis conocimientos sobre su filosofía. Debido a las restricciones sobre el trabajo no he tenido la oportunidad de hablar de la inmensidad de su filosofía. Con este blog no trato de conseguir seguidores ni ninguno tipo de beneficio económico. Como diría Descartes, "cogito, ergo sum" o lo que es lo mismo "pienso luego existo". 

Dios: verdad absoluta

Las ideas y la demostración de la existencia de Dios.

La duda metódica le lleva a Descartes al descubrimiento de una a verdad absolutamente indudable: le la existencia de algo que duda/piensa, de un yo pensante.
Pero,¿cómo demostrar ahora que existe también una realidad exterior al cogito o yo pensante? Es decir, ¡cómo demostrar que ese mundo que los sentidos me muestran no es un sueño mío y que existe realmente fuera de mi pensamiento? El problema que en este punto ha de resolver Descartes consiste en deducir la existencia real del mundo a partir de la única verdad inaudible/evidente con la que cuenta, la de la existencia del cogito o del yo pensante.
Para seguir adelante, Descartes enumera las afirmaciones evidentes= verdaderas con las que cuenta:
  • existe la realidad pensante o cogito
  • y esa res cogiants(=realidad pensante) piensa ideas
En efecto, yo pienso que el mundo existe y que hay cosas en él que son verdes o dulces, aunque tal vez el mundo no exista realmente, ni tenga esas cualidades que yo le atribuyo, pero es inaudible que mi pensamiento tiene esas ideas: la de que el mundo existe y la de que tiene ciertas cualidades.
Pues bien, ¿cómo podemos estar seguros de que las ideas de mi yo posee acerca del mundo se refieren a una realidad existente fuera de mi? En este punto, Descartes repasa los diversos tipos de ideas que maneja el cogito:

  • Ideas adventicias: son las que parecen venidas de fuera de mi, es decir, del mundo, llegándome a través de los sentidos, como por ejemplo, la del caballo verde o casa.
  • Ideas facticias: son las que fabrico yo mismo con la imaginación, como un caballo con alas, una quimera o cualquier otro producto de fantasía.
  • Ideas innatas: son las que ni proceden del mundo exterior ni son fabricadas por mí, sino por mi yo pensante las posee dentro de mi desde siempre”parecen nacidas conmigo” ha escrito Descartes , como, por ejemplo, la idea de triángulo. Son ideas claras y distintas que poseen la misma evidencia racional inaudible. Constituyen los principios del conocimiento.

Las ideas adventicias y las facticias no sirven para demostrar a partir de ellas la existencia real del mundo: las advertencias, porque aunque parecen provenir precisamente de fuera de mi pensamiento, pueden en realidad ser un sueño mio; y las facticias porque al ser fabricadas por mi cogito, no sirven para demostrar la existencia de nada exterior a él. Por ello, las únicas ideas que le permiten a Descartes demostrar la existencia indudable del mundo/realidad exterior al pensamiento son ideas innatas y, entre ella, la idea de Dios.


TRES ARGUMENTOS QUE EMPLEA DESCARTES PARA DEMOSTRAR LA EXISTENCIA DE DIOS:

Lo primero que debe hacer Descartes es demostrar que Dios no es sólo una idea de nuestro cogito/pensamiento, sino una auténtica e indudable realidad exterior para él. Para ello, utiliza tres argumentos:
  • Argumento gnoseológico: es un hecho que en nuestro pensamiento tenemos la idea de Ser Perfecto; pero tal idea no es una advertencia ( no ha llegado al cogito desde el exterior a través de los sentidos, pues éstos nunca han captado un ser de tal naturaleza), ni ficticia ( no ha sido fabricada por el pensamiento , pues éste es imperfecto, como lo demuestran sus continuos errores y la misma duda, y lo perfecto no puede proceder de lo imperfecto), por lo que debe ser innata, ha nacido con nosotros, e indica que ha sido puesta en el pensamiento por una realidad exterior a él que posee tal perfección, es decir, por Dios.
  • Argumento de la contingencia(cosmológico): es un hecho que soy una realidad imperfecta y contingente, y que, por tanto, mi existencia depende en última instancia de la existencia de otro ser que no sea contingente como yo, sino necesario. Tal ser necesario, cuya existencia real hay que afirmar por el hecho de que yo existo siendo contingente, es Dios.
  • Argumento ontológico: la idea de ser absolutamente perfecto implica necesariamente que tal ser ha de existir, del mismo modo que la idea de triángulo implica que ha de tener tres lados y que la suma de sus ángulos es igual a 180 grados. Luego, tal ser perfecto no es sólo una idea del cogito, sino una realidad existente fuera de él.
LA EXISTENCIA DE DIOS Y LA EXISTENCIA DEL MUNDO:

Una vez que Descartes se ha asegurado que Dios existe realmente fuera del cogito, pasa a deducir la existencia del mundo: puesto que Dios existe y es absolutamente perfecto, ha de ser también bueno y veraz, es decir, dada su perfección y bondad no puede permitir que me engañe creyendo que el mundo existe fuera de mi pensamiento si no fuera verdad. Luego, el mundo existe, no es un sueño mío.
Así pues, según Descartes, la bondad divina es garantía de la existencia real del mundo. Y, además, nuestras ideas proceden de Dios y, siendo por ello verdaderas, nos permiten conocer el mundo al y como es.


Texto extraído de un fragmento del libro Historia de la Filosofía por Salustiano Fernández Viejo.


"Cogito, ergo sum": primera verdad

La primera verdad: el cogito



Esta duda metódica parece minar todas nuestras creencias y saberes, y los escépticos tendrían pues razón. Sin embargo, del acto mismo de dudar de todo surge una verdad indudable: que soy “algo” que está dudando, y como dudar equivale a pensar, el acto que revela la existencia evidente de una realidad que piensa. De ahí que Descartes concluya afirmando: Cogito, ergo sum, pues no podría dudar si no fuese algo , alguna realidad, algo que existe como actividad pensante=que duda.
Del término cogito utilizando por Descartes hay que tener en cuenta lo siguiente:
  • Para Descartes pensamiento es todo aquello que ocurre en el interior de nuestra consciencia: dudar, entender, afirmar, etc.: es decir, todo acto consciente del espíritu.
  • La verdad: “Cogito, ergo sum” no es el producto de alguna deducción, sino que es una evidencia racional, una intuición alcanzada tras la duda metódica, y constituye el primer principio indudable de la filosofía cartesiana.
  • Tal intuición no es la captación de una realidad de una realidad distinta del propio “yo” que piensa, sino la captación que hace de sí mismo el “yo” en cuanto se intuye con claridad como una realidad o “sustancia cuya total esencia o naturaleza es pensar”
El “cogito, ergo sum” no solo es la primera evidencia o verdad inaudible, sino además el prototipo de toda verdad: es intuida por nuestra facultad de conocimiento con total claridad y distinción, y éstas son las características que debe presentar toda afirmación para ser aceptada como verdadera. En esto consiste el criterio cartesiano de verdad.

Con la filosofía cartesiana se inicia lo que se ha llamado el giro subjetivista de la filosofía moderna:
  • Los filósofos griegos y medievales han sostenido una epistemología realista: para ellos, los objetos que nuestra razón trata de conocer existen realmente fuera de consciencia. Y la verdad era siempre una adecuación de nuestro entendimiento a lo que las cosas son.
  • La filosofía moderna, por el contrario, va a construirse sobre una epistemología idealista o subjetivista, pues lo que resulta inaudible en primer lugar no es la existencia del mundo, sino la existencia del pensamiento que trata de conocer ese mundo. Y ahora la verdad consiste en que las ideas, que son únicamente representaciones mentales con las que tratamos de conocer el mundo, posean tal evidencia, sean tan claras y distintas para nuestro pensamiento, que tengamos de antemano la seguridad subjetiva = la certeza de que son verdaderas. Así pues, para el racionalismo cartesiano, sólo podemos estar seguros de si una idea es verdadera observándola con la razón y descubriendo su evidencia. Sólo tales ideas sirven para darnos una representación adecuada de la realidad.

Para la filosofía moderna, únicamente a través de las ideas (que no son realidades existentes fuera de nuestro cogito, tal y como las entendió Platón, sino entidades mentales, es decir, sólo existentes en nuestra subjetividad) nuestro pensamiento se representa el mundo y trata de conocerlo.


Imagen extraída de pixabay.com
Texto extraído de un fragmento del libro Historia de la Filosofía por Salustiano Fernández Viejo.

martes, 4 de febrero de 2020

Inicio a la filosofía de René Descartes

El método cartesiano

 

La cuestión que Descartes se plantea es la construcción de un método que permita aplicar bien el "buen sentido" o "razón" que todas las personas poseemos "por naturaleza" o dicho de otro modo, método que nos permita "dirigir" bien nuestra facultad de cocimiento y aumentar nuestro saber. 

El método ha de ser, pues, un "conjunto de reglas", fáciles de usar y que permitan aplicar buen nuestro "buen sentido" o "razón", haciendo que progrese nuestro conocimiento con el descubrimiento de nuevas verdades.

Nuestra razón (=buen sentido) es capaz por sí misma de distinguir lo verdadero de lo falso, sin  embargo, hay factores exteriores a ella que perturban su juicio y la llevan a cometer errores. De ahí a que sea necesaria la existencia de algunas reglas de acuerdo con las cuales aplicar las dos operaciones de nuestra razón o entendimiento: la intuición y la deducción.


  • Por intuición Descartes entiende una actividad puramente racional en virtud del la cual conocemos de modo inmediato la verdad de una proposición; verdad que se nos presenta con tal evidencia que no da lugar a duda alguna.


  • Por deducción, todo razonamiento demostrativo en virtud del cual llegamos a concluir alguna verdad a partir de otras verdades ya conocidas.

El método cartesiano está inspirado en el que utilizan las matemáticas, que toman como punto de partida los axiomas evidentes para ir deduciendo teoremas.

En la 2ª parte del Discurso expone Descarte las cuatro reglas del método:
  1. Regla de la evidencia: no se debe aceptar como verdadera afirmación alguna cuya verdad no pueda ser intuida con absoluta evidencia. Hay que admitir como verdaderas aquellas afirmaciones que nuestro pensamiento intuye con tal claridad y distinción que no es posible dudar de ellas en absoluto.

  2. Regla del análisis: hay que descomponer toda afirmación compleja en tantas afirmaciones simples como sea necesario para intuir su evidencia.

  3. Regla de la síntesis: hay que volver a unir  mediante alguna cadena de deducciones las afirmaciones simples afirmaciones obtenidas tras el análisis, para conocer la relación lógica que las une.

  4. Regla de la enumeración: hay que comprobar constantemente los pasos dados en el análisis y en la síntesis con el fin de estar seguros de no haber cometido ningún error.
 Las cuatro reglas persiguen un mismo objetivo: darnos certeza.

Tal y como aconseja la regla 1ª no hay que admitir como verdadera ninguna afirmación que no sea evidente, por eso Descartes comienza su filosofía con la duda.





Imagen extraída de pixabay.com

Texto extraído de un fragmento del libro Historia de la Filosofía por Salustiano Fernández Viejo.

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